En los próximos años, el sector agrícola mundial será objeto de cambios substanciales. La protección del medio ambiente y la lucha contra la extinción de ciertas especies devendrá en nuevas tecnologías, la adopción de legislación, y una mayor sostenibilidad en nuestros procesos de trabajo y en el comportamiento humano.
En paralelo, se espera que la población mundial alcance los 11.000 millones de habitantes para 2100 y que la mayoría de esas personas residan en ciudades. Alimentar al mundo de manera sostenible será uno de los mayores desafíos de las generaciones futuras.
La aplicación de dosis variables puede ayudar a atajar el desafío que supone el incremento en la producción alimentaria reduciendo la huella ambiental en las explotaciones agrícolas. Un conocimiento detallado de las tasas de crecimiento, los factores de estrés, las enfermedades y las pestes en determinadas secciones de un campo o, incluso, en cada cultivo permitirá aplicar de manera inteligente dosis específicas de agua, fertilizantes y pesticidas en función de las necesidades reales.
Aplicar agroquímicos y agua únicamente en ubicaciones y cantidades necesarias ayudará a reducir el impacto medioambiental de la producción agroalimentaria y disminuirá los gastos operativos de los agricultores.
Explorando, mapeando o recopilando datos: los drones demuestran su utilidad en el marco de la evaluación y la mitigación de los efectos del cambio climático.
La exploración y el uso de tecnologías de detección remota en la agricultura mediante el mapeo con drones ha resultado necesario para garantizar el distanciamiento social en los sembradíos.
Para incrementar la eficiencia de la aplicación variable de fertilizantes, los agricultores necesitan una visión de conjunto de sus campos. Es por ello por lo que cada vez más agricultores utilizan drones y técnicas de agricultura de precisión para crear mapas de prescripción.
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